viernes, 6 de febrero de 2015

Jugando al amor...

Muchas veces he pensado que el amor es un juego, donde el que se enamora pierde. Pero son muchos los factores que involucran al juego con el amor. Uno de los más importantes, es que como todo juego, no te lo puedes tomar muy en serio, ya que el que se enoja, pierde.
Hay que aprender a jugar, y la única forma de hacerlo, es haciéndolo muchas veces, ya que adquieres experiencia, pero sobre todo hay que jugar limpio, hay que respetar las reglas, al rival.
Un juego tiene un ciclo, un tiempo, nada es para siempre. Lo que se recomienda, es disfrutarlo a cada instante.
Para ganar se tiene que tener una estrategia, se tiene que pensar en cada movimiento que se da, no puedes arriesgarlo todo en tu primera jugada, ni tampoco apostar poco, se tiene que encontrar un equilibrio y, a medida que va avanzando el juego, se tiene que ir replantar la estrategia e ir viendo lo que vas dando para ganar.

En el juego es muy difícil estar en el lugar y en el momento adecuado, a veces por esas cosas, perdemos, en el amor pasa lo mismo. A veces aunque sea la persona que quieres, los tiempos no coinciden, o llegaste temprano en la vida de ella o demasiado tarde, a veces un segundo, una acción o una palabra puede marcar la diferencia.

Como en todo juego, para ganar hay que perderlo todo, y también para ganar se tiene que perder muchas veces, se tiene que aprender de la derrota y nunca darse por vencido, porque cuando menos te lo esperes va a venir la victoria. Y cuando llegue tienes que aprovecharla al máximo. El amor es similar, puedes equivocarte cientos de veces, puedes tardarte años en encontrar a la persona correcta, puedes cometer todos los errores, mismo que te darán la experiencia para no volver a cometerlos. Al final, el juego y el amor no son tan diferentes, hay que aprender a disfrutar de ambas y divertirse jugando al amor...

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