sábado, 12 de diciembre de 2020

Las peores 72 horas de mi vida

 Este año ha sido difícil para todos o para la gran mayoría de personas, un año que ha cambiado la vida de mucha gente. Dentro de lo malo que ha sido, hasta hace un par de semanas, mi año iba normal. Lo más importante que tengo en la vida es mi mamá, a ella le debo todo lo que tengo y he logrado, y gracias a ella soy la persona que soy, ella es mi vida entera y mis ganas de salir adelante. Todo el año había estado bien de salud, sin ninguna complicación, pero hace un par de semanas tuvo vómitos y complicaciones en el estómago, y lo que era una simple infección, la acabó deshidratando al grado de bajar su presión al máximo y no tener fuerzas. Por qué llegamos a tanto? Porque a mi mamá no le gusta ir al doctor y literalmente la tuve que llevar cuando ya no tenía otra opción. En mi mente solo está el verla sin fuerzas a punto de desmayarse en mis brazos pensando lo peor, como pude corrí a urgencias y afortunadamente me ayudaron de inmediato a estabilizarla. Parecía que lo peor había pasado, pasaron 24 horas y seguía con la infección, pero ahora, los estudios arrojaban que el riñón estaba dañado, y si estaba dañado, había que dializarla, lo peor pasaba por mi cabeza, tenía que buscar otras opciones y llevarla a México con los mejores especialistas, había que esperar ya que me explicaban, como su riñón nunca había sufrido daños, podía volver a funcionar solo. 


Pasaban las horas, mi mamá seguía con su malestar, yo a lado de ella, sin dormir ni comer nada, sin ganas de nada, con lo único en mente de que se recuperará y pudiéramos salir cuanto antes del hospital. 72 horas después le hicieron un nuevo estudio, un estudio tal vital que dependía todo, si nos íbamos a México o esperábamos. Gracias a Dios sus estudios salieron bien, hubo una mejoría del 100% en comparación a como llegamos, no había ningún daño en el riñón, fue un milagro de Dios, tenía tantas cosas en la cabeza, unas ganas de llorar y soltar todo, pero no podía para que mi mamá me viera fuerte. 


Las próximas horas y días, mi mamá fue recuperando la fuerza, en total pasamos 5 días en el hospital, y aunque ya pasó una semana de que salimos, aún está un poco débil, pero gracias  a Dios fuera de cualquier peligro o problema. Estoy tan agradecido con los doctores que la valoraron, las enfermeras, camilleros y ex compañeros de trabajo que estuvieron al pendiente y ayudando en todo lo que podían, a sus amigos que estuvieron pendiente, a mis tías que estuvieron a distancia y a todas las personas que rezaron para que ella mejorará y pudiera salir de esto. 


Fueron las peores horas de mi vida en 30 años, pero también fueron las mejores cuando todo pasó y quedó en un susto que gracias a Dios no pasó a mayores. 

Cuando la vida te sorprende con estos golpes y estas pruebas, valoras mucho más todo lo que tienes, y te das cuenta, que más allá de tener grandes lujos o cosas sin importancia, te das cuenta que mientras haya salud, todo lo demás viene por añadidura. 

sábado, 31 de octubre de 2020

2020

 Parece que fue ayer cuando estábamos con nuestras familias brindando por un mejor año, por un nuevo comienzo, con metas y expectativas del año que comenzaba, con muchos propósitos por cumplir, con ilusión, con alegría, dejando atrás lo hecho el año que pasó y poniendo todas las ganas al año que estaba por venir, el 2020. Nadie estaba preparado para lo que venía, una pandemia que cambiaría el mundo y la vida de las personas, meses de miedo, de terror, de incertidumbre, de soledad, de tristeza, pasaban los días y más y más gente iba enfermando, muriendo, parecía que pasaríamos una cuarentena de 15 días y han pasado meses, meses que parecen no tener final. Se han ido familiares, amigos, conocidos, gente joven, mayor, de todas las edades, ha sido una locura. Hay gente que desde el día 1 hace su vida normal como si nada pasara, hay gente que ha tomado todas las medidas de seguridad y se ha cuidado por su familia, cada persona ha tomado las cosas y las circunstancias de diferente manera. Mucha gente vive de ansiedad, de soledad, esperando que el año termine y todo cambie, cuando esto no es de tiempo, sino de conciencia, si todos tuviéramos un poco de conciencia, estaríamos muchos mejor, pero tristemente cada quien piensa en sus propios intereses y por eso la situación no cambia y parece que no cambiará en los próximos meses. 


El 2020 ha sido un año complicado para todos, un año que apuesto que nadie hubiera querido vivir así, pero las personas que mejor la pasan son las que mejor se adaptan a los cambios. En lo personal, ha sido un año de aprender a vivir en soledad, de cerrar ciclos en muchos sentidos con personas, cosas y hábitos que no me hacían bien. Dejé de beber, de salir, me enfoqué en hacer ejercicio y dinero. Mi cuerpo está en su mejor forma en mis 30 años de vida, no sólo por verme bien, sino por salud, mis defensas cada vez están más fuertes, y aunque muchas veces mi mente quiere ser débil, todos los días trato de hacer las cosas de la mejor manera para seguir creciendo. Y he utilizado mi tiempo libre para hacer dinero en lo que ya hacía pero que puede hacer más profesionalmente, las apuestas, actualmente retomé un negocio que inicié hace años y que abandoné y ahora lo retomé y mi mini negocio de vender pronósticos deportivos, cada vez crece más y más y espero poder cerrar el año con un gran regalo para mi y dármelo por mis 30 años. La vida es así, o te enfocas en lo bueno dejando lo malo atrás, o no avanzas. Este año nos ha dejado un gran aprendiza a todos en todos los sentidos. Este año me ha enseñado a dejar atrás todo lo que no me hacía bien, por más que me aferrara, por más que lo quisiera, había cosas,hábitos, personas, que me hacía daño, y que al soltarlas, mi vida se quedó en completa paz. Dicen que la soledad es adictiva, a veces pienso o quisiera tener a alguien que me complementara, pero eso es lo menos importante de algo importante. A estas alturas del año y de mi vida, tengo claras mis metas y mis expectativas, sé lo que quiero y lo que no quiero jamás regrese a mi vida. Y lo más importante para mi, es seguir creciendo en todos los sentidos, cada día fortaleciendo más mi mente y mi vida, con mi mamá a lado y las pocas personas que siguen en mi vida, deseando que todas las personas que están pasando por un año difícil, puedan salir adelante. 

Ha sido un año donde se ha puesto a prueba al ser humano, pero ha sido un año en el que todos aprendimos a ser más fuertes. Vendrán tiempos mejores.