sábado, 27 de junio de 2015

Mi loco amor... Cruz Azul


Creo que cuando vas a elegir a un equipo de fútbol y eres pequeño, tú no lo haces, sino que el equipo lo hace por ti.
Desde que tengo cinco años de edad he jugado y he visto el fútbol, es una de mis grandes pasiones.
Cruz Azul se metió en mi vida desde entonces y para siempre.
He reído, llorado, gritado, enojado, he prometido no volver a verte, pero siempre regreso, eres mi loco amor. 
Tengo la memoria muy fresca cuando en el año de 1997 me estaba cambiando de casa, y lo que hice fue llevar a mi cuarto mi tele y cama, para que en punto de las 12 del día pudiera ver la final contra León. Uno de los días más felices de mi infancia sin lugar a dudas, Cruz Azul CAMPEÓN!!! Gritos de alegría inundaban mi nuevo hogar.
Años después todo se fue haciendo más obscuro a medida que transcurría el tiempo. Fue duro perder una final contra Pachuca en el 99, pero acabamos de ser campeones en el 97, pronto vendría otro título, estaba convencido. Vino la Libertadores y la ilusión con cada partido, con cada jugada, con cada gol, crecía, veía a un equipo comprometido, entregado, veía 11 guerreros en el campo que querían trascender. 
Hubo tristeza después de perder los penales con Boca, pero nada que reclamar al equipo, todos dejaron la vida en la cancha.
Tiempo después pude ir al curso de verano que se organizaba en la Noria, era la persona más feliz del mundo al conocer a mis heroes, tomarme fotos, compartir las instalaciones. Los conocía a todos y todos los niños de mi edad decían que era una enciclopedia azul, no podían creer que supiera todos los datos, nombres y todo lo relacionado con el equipo. En ese verano llegaron grandes jugadores como "Chelito" Delgado, "Chelo" Delgado, "Cata" Díaz, Restrepo, Aguinaga, y la gran mayoría de mexicanos eran cantera y acababan de ser la base de la Selección mexicana para calificar de la mano de Javier Aguirre. Tomás Campos, Don Juan Hernández, Osorio, Cacho, Aaron Galindo, Alejandro Corona, "Conejo" Pérez, etc. Fui muy feliz al conocerlos. 

Después vinieron años difíciles donde mi juventud me hacía llorar las derrotas, las finales perdidas, en ese tiempo no entendía porque pasaban esas cosas en Cruz Azul. Me dolía en el alma ver a mi equipo caerse a pedazos, incluso meterse en temas de descenso graves. Crecí y mi desilusión iba aumentando. Veía con coraje todas y cada unas de las playeras que tenía en mi cuarto, ya no me dolía porque ya no me ilusionaba. 

En el año 2013 me titulé como licenciado en Ciencias de la Comunicación y no había tema en el mundo que me apasionara más y por el cual podría escribir decenas de páginas que mi Cruz Azul, así que le dediqué todo mi tiempo al equipo y le di otra oportunidad.
Al meterme a fondo en todo lo que pasaba internamente me di cuenta que es un asco todo, Temas de lavado de dinero, el control absoluto que tiene Carlos Hurtado en los fichajes y como manejaba el tema de los mismos, hasta la maldición que se dice existe en el estadio Azul y por la cual Cruz Azul nunca ha sido campeón en ese estadio.

El último gran golpe a mi afición por Cruz Azul fue aquella final perdida contra el acérrimo rival, América, no podía entender como se le fue de las manos el título a mi máquina, como en un minuto pueden cambiar tanto las cosas. 

Que lejos se ve aquel Cruz Azul mágico de los 70 con grandes figuras que hacían vibrar el estadio Azteca, aquellas tardes donde llenaban el coloso de Santa Ursula, donde las finales no pesaban, donde el equipo se hizo grande, misma grandeza que ahora ha desaparecido, lo único grande que tiene es la afición, una afición que está tocada, que no cree en nada, que cuestiona todo, que está dolida, que ya no puede más. No sé si haya niños que le vayan a Cruz Azul, y no sé que les pueden decir sus papás para heredar el gusto por el equipo, un equipo que Guillermo Álvarez Cuevas ha pisoteado, ha destruido el escudo y estoy seguro de que padre estaría tan decepcionado de lo que es ahora la máquina. 

Dicen que "Nunca es más obscuro que cuando va a amanecer" y soy optimista y creo en Cruz Azul más temprano que tarde va a amanecer, de que las cosas van a cambiar y que los buenos tiempos están por llegar. Algún día Cruz Azul, algún día recuperarás tu grandeza.

sábado, 28 de marzo de 2015

Si decides quedarte...


Había una vez una mujercita que con el paso del tiempo jamás llegué a pensar en que fuera a ser tan especial para mi... Y es que ella y yo tenemos un gusto que nos identifica. Mientras ella lee mil historias de amor inspiradas en personajes que la hacen volar su imaginación y trasladarse a otra dimensión soñando con que alguna historia alguna vez la viva ella, a mi me gusta escribir para plasmar con letras todo lo que ella sueña y algún día vivirlo juntos.

Pero como en toda historia trágica de romanticismo no todo puede ser perfecto. Y es que si el amor fuera perfecto y fácil, cualquiera lo tendría, y lo que fácil se tiene, fácil se va.
Dicen que cuando le entregas tu amor y tu confianza a alguien, la otra persona tiene un poder sobre ti, que cuando llega a equivocarse puede hacer pedazos tu corazón. Bajo esa circunstancia la conocí, desconfiando de todo y de todos. Y es que quien dijo que era fácil vivir en un mundo donde te exigen perfección, donde estás rodeado de hombres y una madre que a tu edad no comprende todo lo que pasas, donde te limitan a muchas cosas y tu lo único que quieres es tener un poco de libertad y equivocarte las veces que sean necesarias. Donde a la gran mayoría de las personas les muestras una cara de fortaleza, pero en la que tal vez en el fondo eres sólo una niña con un gran corazón y con una sonrisa tan perfecta que no la merece cualquiera.

La primera impresión es la más importante para muchos, yo ha ella la he conocido de muchas impresiones, y a medida que la conozco y la conozco, más quiero conocerla, pero ella tiene una barrera muy grande en su corazón que es difícil hacerlo, y lo entiendo, si ya te fallaron y lastimaron una vez, no querrás volver a sentir ese sentimiento nunca más.

Cuando estás dispuesto a conquistar a una mujer le puedes hacer mil promesas, sabiendo que la mayoría no se van a cumplir, así somos los hombres. Pero cuando encuentras a una mujer especial, las promesas hay que convertirlas en acciones, acciones que te quiten las desconfianza y que poco a poco te hagan sentir cosas que nunca habías sentido.

Algo que aprendí de If I Stay es que cuando conoces a la persona indicada, y cuando tú sabes que esa persona es todo lo que estabas buscando, porque la puedes ver arreglada, desarreglada, recién levantada o a punto de dormir, pero cuando la ves o escuchas,  no existen nadie más. Otra cosa que aprendí y entendí es que la felicidad no es eterna y que el tiempo no lo tenemos comprado, en cualquier momento puede cambiar nuestro destino, para bien o para mal.

Si alguna vez decides quedarte no te puedo prometer que no voy a fallar, de alguna manera u otra todos nos equivocamos, tampoco puedo prometerte que te voy  a bajar la luna y las estrellas, o que todo va a ser perfecto como en un cuento de hadas. Te puedo prometer que no siempre voy a estar de acuerdo contigo, porque no pensamos igual. Te puedo prometer que cada vez que nos veamos voy a intentar sacar una sonrisa y hacerte reír con tonterías, te prometo apoyar en cada decisión y en cada reto que decidas tomar, te prometo estar ahí cuando lo necesites, te prometo hacerte una mejor persona y ayudarte a crecer en todo los sentidos, te prometo hacer tus días felices y las noches inolvidables... así que si algún día decides quedarte, te prometo entregarte mi corazón.

viernes, 6 de febrero de 2015

Jugando al amor...

Muchas veces he pensado que el amor es un juego, donde el que se enamora pierde. Pero son muchos los factores que involucran al juego con el amor. Uno de los más importantes, es que como todo juego, no te lo puedes tomar muy en serio, ya que el que se enoja, pierde.
Hay que aprender a jugar, y la única forma de hacerlo, es haciéndolo muchas veces, ya que adquieres experiencia, pero sobre todo hay que jugar limpio, hay que respetar las reglas, al rival.
Un juego tiene un ciclo, un tiempo, nada es para siempre. Lo que se recomienda, es disfrutarlo a cada instante.
Para ganar se tiene que tener una estrategia, se tiene que pensar en cada movimiento que se da, no puedes arriesgarlo todo en tu primera jugada, ni tampoco apostar poco, se tiene que encontrar un equilibrio y, a medida que va avanzando el juego, se tiene que ir replantar la estrategia e ir viendo lo que vas dando para ganar.

En el juego es muy difícil estar en el lugar y en el momento adecuado, a veces por esas cosas, perdemos, en el amor pasa lo mismo. A veces aunque sea la persona que quieres, los tiempos no coinciden, o llegaste temprano en la vida de ella o demasiado tarde, a veces un segundo, una acción o una palabra puede marcar la diferencia.

Como en todo juego, para ganar hay que perderlo todo, y también para ganar se tiene que perder muchas veces, se tiene que aprender de la derrota y nunca darse por vencido, porque cuando menos te lo esperes va a venir la victoria. Y cuando llegue tienes que aprovecharla al máximo. El amor es similar, puedes equivocarte cientos de veces, puedes tardarte años en encontrar a la persona correcta, puedes cometer todos los errores, mismo que te darán la experiencia para no volver a cometerlos. Al final, el juego y el amor no son tan diferentes, hay que aprender a disfrutar de ambas y divertirse jugando al amor...